ES/SB 4.20.30


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 30

manye giraṁ te jagatāṁ vimohinīṁ
varaṁ vṛṇīṣveti bhajantam āttha yat
vācā nu tantyā yadi te jano ’sitaḥ
kathaṁ punaḥ karma karoti mohitaḥ


PALABRA POR PALABRA

manye—considero; giram—palabras; te—Tuyas; jagatām—al mundo material; vimohinīm—desconcertantes; varam—bendición; vṛṇīṣva—simplemente acepta; iti—de este modo; bhajantam—a Tu devoto; āttha—Tú hablas; yat—porque; vācā—con las afirmaciones de los Vedas; nu—ciertamente; tantyā—con las cuerdas; yadi—si; te—Tus; janaḥ—la gente en general; asitaḥ—no atada; katham—cómo; punaḥ—una y otra vez; karma—actividades fruitivas; karoti—ejecuta; mohitaḥ—seducida.


TRADUCCIÓN

Mi querido Señor, lo que le has dicho a Tu devoto puro es verdaderamente desconcertante. En verdad, las atractivas ofertas que haces en los Vedas no son adecuadas para devotos puros. Atada por las dulces promesas de los Vedas, la gente en general se ocupa una y otra vez en actividades fruitivas, seducida por el resultado de sus acciones.


SIGNIFICADO

Mi querido Señor, lo que le has dicho a Tu devoto puro es verdaderamente desconcertante. En verdad, las atractivas ofertas que haces en los Vedas no son adecuadas para devotos puros. Atada por las dulces promesas de los Vedas, la gente en general se ocupa una y otra vez en actividades fruitivas, seducida por el resultado de sus acciones.

El Señor a veces ofrece bendiciones a los devotos neófitos que todavía no han entendido que los dones materiales no les van a hacer felices. Por eso en el Caitanyacaritāmṛta el Señor dice que es posible que un devoto sincero pero no demasiado inteligente le pida algún beneficio material; pero el Señor, que es omnisciente, no suele dar recompensas materiales a Su devoto, sino que, por el contrario, le quita las comodidades materiales de que pueda estar disfrutando, de manera que finalmente se entregue por completo. En otras palabras, para el devoto nunca son auspiciosas las bendiciones que pueda recibir en forma de beneficios materiales. Las afirmaciones de los Vedas que prometen recompensar los grandes sacrificios con la elevación a los planetas celestiales son desorientadoras. En el Bhagavad-gītā (2.42), el Señor dice: yām imāṁ puṣpitāṁ vācaṁ pravadanty avipaścitaḥ. Los hombres poco inteligentes (avipaścitaḥ), atraídos por el florido lenguaje de los Vedas, se ocupan en actividades fruitivas para obtener beneficios materiales. De esa forma continúan su ardua búsqueda vida tras vida, en distintas clases de cuerpos.