ES/SB 5.14.36


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 36

kvacit kṣīṇa-dhanaḥ śayyāsanāśanādy-upabhoga-vihīno yāvad
apratilabdha-manorathopagatādāne ’vasita-matis tatas tato
’vamānādīni janād abhilabhate.


PALABRA POR PALABRA

kvacit—a veces; kṣīṇa-dhanaḥ—sin tener dinero suficiente; śayyā-āsana-aśana-ādi—facilidades para dormir, sentarse o comer; upabhoga—de disfrute material; vihīnaḥ—privada; yāvat—mientras; apratilabdha—no obtenido; manoratha—por su deseo; upagata—obtenido; ādāne—en tomar por medios deshonestos; avasita-matiḥ—cuya mente está decidida; tataḥ—debido a eso; tataḥ—de eso; avamāna-ādīni—insultos y castigo; janāt—de la gente; abhilabhate—obtiene.


TRADUCCIÓN

A veces, por falta de dinero, el alma condicionada no consigue satisfacer sus necesidades mínimas. A veces ni siquiera tiene un lugar en que sentarse, ni las cosas más indispensables. En otras palabras, pasa grandes penurias; entonces, cuando no puede procurarse lo que necesita por medios honestos, decide sustraer las propiedades ajenas. Cuando lo consigue, no recibe más que insultos de los demás, y eso le llena de pesadumbre.


SIGNIFICADO

En inglés suele decirse que la necesidad no sabe de leyes. El alma condicionada, cuando necesita dinero para procurarse lo más indispensable para vivir, no repara en medios. Mendiga, pide prestado o roba, y en lugar de recibir lo que necesita, recibe insultos y palos. A no ser que esté muy bien organizada, no puede acumular riquezas por medios deshonestos. Y si llega a conseguir algo por esos medios, no puede evitar el castigo y los insultos del gobierno o del pueblo. Hay muchos ejemplos de personas importantes que han sido encarceladas al descubríseles delitos de malversación de fondos. A veces se puede evitar el castigo de la cárcel, pero en cuanto al castigo de la Suprema Personalidad de Dios, que actúa por intermedio de la naturaleza material, nadie puede escapar. Esto se explica en el Bhagavad-gītā (7.14): daivī hy eṣā guṇa-mayī mama māyā duratyayā. La naturaleza es muy cruel. No perdona a nadie. Sin preocuparse de ella, la gente comete toda clase de actividades pecaminosas y, por consiguiente, tienen que sufrir.