ES/SB 7.13 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


Este capítulo trece explica los principios regulativos que siguen los sannyāsīs, y explica también la historia de un avadhūta, para concluir con una descripción del estado de perfección a que debe llegar el estudiante que sigue la senda del progreso espiritual.

Śrī Nārada Muni ha explicado ya las características de distintos āśramas y varṇas. Ahora, en este capítulo, hablará en particular de los principios regulativos que deben seguir los sannyāsīs. Tras retirarse de la vida familiar, se debe entrar en la orden de vānaprastha, en la cual, aunque formalmente se acepta el cuerpo como un vehículo para sostener la existencia, poco a poco se van olvidando las necesidades físicas de la vida. Después de la vida de vānaprastha, tras haber abandonado ya el hogar, la persona debe viajar de un lugar a otro como sannyāsī. Sin comodidades corporales, y sin depender de nadie en lo que a necesidades físicas se refiere, debe viajar por todas partes, vestido con muy poca ropa; también puede caminar completamente desnudo. Sin relacionarse con la sociedad humana corriente, debe pedir limosna y estar siempre satisfecho en su propio ser. Debe ser amigo de todas las entidades vivientes, y permanecer muy pacífico en el estado de conciencia de Kṛṣṇa. De ese modo, el sannyāsī debe viajar solo, sin preocuparse de la vida ni de la muerte, en espera del momento en que tenga que abandonar el cuerpo material. No debe leer libros que no sean necesarios, ni ocuparse en profesiones como la astrología; tampoco debe tratar de ser un gran orador. Debe abandonar la senda de las discusiones innecesarias, y no debe depender de nadie en ninguna circunstancia. No debe tratar de atraer a la gente para que se hagan discípulos suyos, con el fin de tener mayor número de seguidores. Debe abandonar el hábito de leer muchos libros a fin de ganarse el sustento de ese modo, y no debe tratar de aumentar el número de templos y maṭhas (monasterios). El sannyāsī que, de ese modo, se ha vuelto plenamente independiente, pacífico y equilibrado, puede escoger el destino que desea para después de la muerte, y seguir los principios que permiten alcanzar ese destino. A pesar de su gran erudición, siempre debe permanecer silencioso, como un mudo, y debe viajar como un niño impaciente.

En relación con esto, Nārada Muni relató el encuentro entre Prahlāda Mahārāja y una persona santa que había adoptado el modo de vida de la serpiente pitón. De ese modo, describió las características del paramahaṁsa. La persona que ha alcanzado la etapa de paramahaṁsa conoce perfectamente la diferencia entre materia y espíritu. No tiene el menor interés en la complacencia de los sentidos materiales, ya que siempre obtiene placer del servicio devocional que ofrece al Señor. No se preocupa demasiado por el sustento del cuerpo material. Como se siente satisfecho con lo que puede obtener por la gracia del Señor, es completamente independiente de la felicidad y la aflicción materiales, de manera que es trascendental a todos los principios regulativos. A veces se somete a rigurosas austeridades, y a veces disfruta de la opulencia material. Su única preocupación es satisfacer a Kṛṣṇa, y, con ese fin, puede hacer cualquier tipo de actividad, pues está por encima de todos los principios regulativos. Nunca debe equiparársele a los materialistas, ni está supeditado a los juicios de esa clase de hombres.