ES/SB 10.1 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


A continuación presentamos el resumen del capítulo primero, donde se explica que Kaṁsa, aterrorizado por un oráculo que anunciaba su muerte a manos del octavo hijo de Devakī, mató, uno tras otro, a todos los hijos de Devakī.

Cuando Śukadeva Gosvāmī completó su relación de las dinastías de Yadu, del dios de la Luna y del dios del Sol, Mahārāja Parīkṣit le pidió que hablase del Señor Kṛṣṇa, que hizo Su advenimiento en la dinastía Yadu acompañado de Baladeva. También le preguntó acerca de las actividades de Kṛṣṇa en este mundo. Kṛṣṇa, dijo el rey, es trascendental, de modo que la comprensión de Sus actividades es la ocupación de las personas liberadas. El proceso de escuchar kṛṣṇa-līlā es el barco que nos permite alcanzar el objetivo supremo de la vida. Las personas inteligentes deben esforzarse por entender a Kṛṣṇa y las actividades de Kṛṣṇa, a menos que sean matarifes o lleven una vida orientada al suicidio.

Para los Pāṇḍavas, Kṛṣṇa era la única Deidad adorable. Cuando Mahārāja Parīkṣit estaba en el vientre de su madre, Uttarā, Kṛṣṇa le salvó del ataque del brahma-śastra. Ahora Mahārāja Parīkṣit preguntaba cómo era posible que Su Señoría Baladeva, el hijo de Rohiṇī, hubiera aparecido en el vientre de Devakī. ¿Por qué razón —preguntó el rey Parīkṣit—, Se había trasladado Kṛṣṇa de Mathurā a Vṛndāvana, y cómo fue Su vida con Sus familiares? ¿Qué hizo Kṛṣṇa en Mathurā y en Vṛndāvana, y por qué mató a Kaṁsa, Su tío materno? ¿Cuántos años vivió en Dvārakā, y cuántas fueron Sus reinas? Además de hacer todas estas preguntas a Śukadeva Gosvāmī, Mahārāja Parīkṣit le rogó que hablase también de otras actividades de Kṛṣṇa de la cuales él no tenía noticia.

Cuando Śukadeva Gosvāmī comenzó a hablar acerca de temas conscientes de Kṛṣṇa, Mahārāja Parīkṣit olvidó por completo la fatiga del ayuno. Śukadeva Gosvāmī, lleno de entusiasmo por hablar de Kṛṣṇa, dijo: «El relato de las actividades de Kṛṣṇa es como las aguas del Ganges, que pueden purificar el universo entero. Tanto el orador, como el que pregunta y los que escuchan, todos se purifican».

Hubo un tiempo en que el mundo entero estaba abrumado por el poder militar de demonios en forma de reyes. Esa carga era cada vez mayor, y madre Tierra adoptó la forma de una vaca y acudió al Señor Brahmā en busca de alivio. Los lamentos de madre Tierra inspiraron la compasión de Brahmā, quien, acompañado por el Señor Śiva y otros semidioses, llevó a la madre Tierra en forma de vaca a la orilla del océano de leche, y allí ofreció oraciones para complacer al Señor Viṣṇu, que reposa en una isla de ese océano en estado de éxtasis trascendental. Brahmā entendió el consejo de Mahā-Viṣṇu, quien le indicó que Él mismo descendería a la superficie de la Tierra para aliviarla del peso de los demonios. También los semidioses y sus esposas deberían descender, emparentándose con el Señor Kṛṣṇa en la familia de Yadu y aumentando el número de hijos y nietos de esa dinastía. Por la voluntad del Señor Kṛṣṇa, Anantadeva descendería antes que Él en la forma de Balarāma; yoga-māyā, la potencia de Kṛṣṇa, Les acompañaría. Después de informar a madre Tierra de todo ello, Brahmā regresó a su propia morada.

El día de su casamiento, Vasudeva regresaba a su casa llevando a Devakī en una cuadriga conducida por Kaṁsa, el hermano de Devakī. De pronto se escuchó una voz profética que advertía a Kaṁsa que el octavo hijo de Devakī iba a matarle. Al escuchar el oráculo, Kaṁsa se dispuso a matar a Devakī allí mismo, pero Vasudeva supo instruirle con diplomacia. Vasudeva hizo hincapié en que no sería bueno para Kaṁsa matar a su hermana menor, y mucho menos en el día de su boda. Vasudeva le recordó que la muerte es segura para todo el que tiene un cuerpo material. Todas las entidades vivientes viven en un cuerpo durante un tiempo, para luego transmigrar a otro cuerpo. Lo malo es que caen en el error de pensar que el cuerpo es el alma. La persona que, confundida por ese erróneo concepto, quiere matar el cuerpo de otro, es un ser condenado e infernal.

Vasudeva, al ver que sus instrucciones no tranquilizaban a Kaṁsa, improvisó un plan, y prometió llevarle todos los hijos que naciesen de Devakī, para que él mismo los matase. De ese modo, ya no era necesario que matase a Devakī allí mismo. La oferta satisfizo a Kaṁsa. Pasó el tiempo, y cuando Devakī tuvo su primer hijo, Vasudeva llevó al recién nacido ante Kaṁsa, que se asombró del carácter magnánimo de Vasudeva. Cuando este le entregó el bebé, Kaṁsa, dando muestras de cierta inteligencia, dijo que no había razón para matar al primer hijo de Devakī, si el destinado a matarle era el octavo. Ante la desconfianza de Vasudeva, Kaṁsa le devolvió el bebé diciéndole que podía quedarse con él. Pero más tarde, después de que Nārada le revelase que los semidioses habían conspirado contra él y estaban naciendo en las dinastías Yadu y Vṛṣṇi, Kaṁsa decidió matar a todos los niños nacidos en esas familias, y, con ellos, también a todos los hijos que nacieran de Devakī. Así pues, detuvo y encerró en prisión a Devakī y Vasudeva, y mató, uno tras otro, a los seis hijos que tuvieron. Nārada había revelado también a Kaṁsa que en su vida anterior había sido el demonio Kālanemi, y que Viṣṇu le había matado. Por todo ello, Kaṁsa se convirtió en un enemigo terrible para todos los descendientes de la Yadu-vaṁśa, la dinastía Yadu. En su deseo de disfrutar él solo del reino, llegó hasta el extremo de arrestar y encerrar en prisión a su propio padre, Ugrasena.

Los pasatiempos de Kṛṣṇa son de tres tipos: Vraja-līlā, Mathurā-līlā y Dvārakā-līlā. Como ya se ha mencionado, el Canto Décimo del Śrīmad-Bhāgavatam consta de noventa capítulos, en los que se narran todos esos līlās. Los cuatro primero capítulos recogen las oraciones de Brahmā para aliviar a la Tierra de su carga, y narran también el advenimiento de la Suprema Personalidad de Dios. Los capítulos que van del cinco al treinta y nueve narran los pasatiempos de Kṛṣṇa en Vṛndāvana. El capítulo cuarenta presenta a Kṛṣṇa disfrutando en las aguas del Yamunā y recoge las oraciones de Akrūra. Los once capítulos que van del cuarenta y uno al cincuenta y uno hablan de los pasatiempos de Kṛṣṇa en Mathurā, y los treinta y nueve capítulos restantes, del cincuenta y dos hasta el noventa, narran los pasatiempos de Kṛṣṇa en Dvārakā.

La narración del rāsa-līlā, la danza de Kṛṣṇa con las gopīs, comienza en el capítulo veintinueve y termina en el treinta y tres. Esos cinco capítulos reciben por ello el nombre de rāsa-pañcādhyāya. El capítulo cuarenta y siete del Canto Décimo es conocido con el nombre de bhramara-gītā.