ES/SB 7.14 El resumen


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


Este capítulo explica los deberes prescritos del jefe de familia en función del momento, el país y la persona. Yudhiṣṭhira Mahārāja se mostró muy interesado por conocer los deberes prescritos del jefe de familia; entonces Nārada Muni le indicó que el primer deber del gṛhastha es depender por completo de Vāsudeva, Kṛṣṇa, y tratar de satisfacerle en todo aspecto con el desempeño del servicio devocional prescrito. Ese servicio devocional dependerá de las instrucciones de las autoridades y de la relación con devotos que estén de hecho ocupados en servicio devocional. El servicio devocional comienza con śravaṇam, escuchar. Es necesario escuchar de labios de almas iluminadas. De ese modo, el gṛhastha verá reducirse poco a poco su atracción por la esposa y los hijos.

En lo que se refiere al sustento de su familia, el gṛhastha debe ganar lo necesario para vivir, pero al mismo tiempo tiene que permanecer muy consciente; no debe someterse a esfuerzos extraordinarios con el único objeto de atesorar dinero y comodidades materiales superfluas. Externamente, el gṛhastha debe ser muy activo en sus esfuerzos por ganarse el sustento, pero interiormente debe ser una persona perfectamente autorrealizada, sin apego por las ganancias materiales. En sus relaciones con su familia y amistades, simplemente debe tratar de cumplir con su cometido, sin excederse en el empeño. A nivel superficial, debe aceptar las instrucciones de la familia y de la sociedad, pero, en lo esencial, el gṛhastha debe estar ocupado en los deberes prescritos recomendados por el maestro espiritual y los śāstras. El gṛhastha, para ganar dinero, debe ocuparse especialmente en labores agrícolas. Como se afirma en el Bhagavadgītā (18.44): kṛṣi-go-rakṣya-vāṇijyam: Los deberes específicos de los gṛhasthas son la agricultura, la protección de la vaca y el comercio. Si por casualidad, o por la gracia del Señor, obtiene más dinero del que pueda necesitar, debe emplearlo debidamente en el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. No hay que estar ansioso de ganar dinero para poder complacer los sentidos. El gṛhastha siempre debe recordar que quien se esfuerza por atesorar más dinero del que necesita debe ser considerado un ladrón, y está sujeto al castigo de las leyes de la naturaleza.

El gṛhastha debe mostrarse muy afectuoso con los animales inferiores, las aves y las abejas, tratándoles como si fuesen sus propios hijos. El gṛhastha no debe matar animales o aves por complacer los sentidos. Debe facilitar lo necesario para la vida incluso a los perros y criaturas inferiores, y no debe explotar a los demás por complacer los sentidos. En realidad, según las instrucciones del Śrīmad-Bhāgavatam, el gṛhastha es un gran comunista que provee a todos de medios de subsistencia. El gṛhastha debe repartir equitativamente todo lo que posee entre todas las entidades vivientes, sin hacer diferencias. Para ello, lo mejor es repartir prasāda.

El gṛhastha no debe estar muy apegado a su esposa; es más, debe ocuparla en recibir invitados y servirles con gran solicitud. El dinero que, por la gracia de Dios, pueda reunir, el gṛhastha debe gastarlo en cinco actividades, a saber: adorar a la Suprema Personalidad de Dios, recibir a los vaiṣṇavas y personas santas, repartir prasāda entre la gente y entre todas las entidades vivientes, ofrecer prasāda a sus antepasados, y ofrecerse prasāda a sí mismo. Los gṛhasthas siempre deben estar dispuestos a adorar a todo el mundo conforme a esos principios. El gṛhastha no debe comer nada que no haya sido ofrecido a la Suprema Personalidad de Dios. Como se dice en el Bhagavad-gītā (3.13): yajña-śiṣṭāśinaḥ santo mucyante sarva-kilbiṣaiḥ: «Los devotos del Señor se liberan de toda clase de pecados porque toman alimentos que se han ofrecido de antemano como sacrificio». El gṛhastha también debe visitar los lugares sagrados de peregrinaje que se mencionan en los Purāṇas. De ese modo, debe ocuparse plenamente en adorar a la Suprema Personalidad de Dios para beneficio de su familia, de su sociedad, de su país y de la humanidad en general.