ES/SB 7.2.14


Su Divina Gracia A. C. Bhaktivedanta Swami Prabhupada


TEXTO 14

pura-grāma-vrajodyāna-
kṣetrārāmāśramākarān
kheṭa-kharvaṭa-ghoṣāṁś ca
dadahuḥ pattanāni ca


PALABRA POR PALABRA

pura—ciudades y pueblos; grāma—aldeas; vraja—campos de pastoreo; udyāna—jardines y huertos; kṣetra—campos agrícolas; ārāma—bosques naturales; āśrama—ermitas de personas santas; ākarān—y minas (que producían metales valiosos para mantener la cultura brahmínica); kheṭa—aldeas con granjas; kharvaṭa—aldeas de montaña; ghoṣān—las pequeñas aldeas de los pastores de vacas; ca—y; dadahuḥ—quemaron; pattanāni—las capitales; ca—también.


TRADUCCIÓN

Los demonios incendiaron las ciudades, aldeas, campos de pastoreo, establos de vacas, jardines, huertos, sembrados y bosques naturales. Quemaron las ermitas de las personas santas, las minas importantes, que producían metales preciosos, los lugares en que vivían los agricultores, las aldeas de montaña y las aldeas de los pastores dedicados a la protección de las vacas. También quemaron las capitales del gobierno.


SIGNIFICADO

La palabra udyāna se refiere a los lugares en que se cultivan árboles que dan frutas y flores, los cuales son muy importantes para la civilización humana. En el Bhagavad-gītā (Bg. 9.26) Kṛṣṇa dice:

patraṁ puṣpaṁ phalaṁ toyaṁ
yo me bhaktyā prayacchati
tad ahaṁ bhakty-upahṛtam
aśnāmi prayatātmanaḥ

«Si alguien Me ofrece con amor y devoción una hoja, una flor, fruta o agua, Yo lo aceptaré». Al Señor Le gustan mucho las frutas y las flores. Si deseamos complacer a la Suprema Personalidad de Dios, podemos ofrecerle simplemente frutas y flores; el Señor Se complacerá en aceptarlas. Nuestro único deber es complacer al Dios Supremo (saṁsiddhir hari-toṣaṇam). En todo lo que hagamos, y en cualquiera que sea nuestra ocupación, nuestro principal objetivo debe ser complacer al Señor Supremo. Todos los lugares que se mencionan en este verso están especialmente destinados a la satisfacción del Señor, y no a satisfacer nuestros propios sentidos. El gobierno —y, en verdad, la sociedad entera— debe estructurarse de manera tal que todo el mundo aprenda a satisfacer a la Suprema Personalidad de Dios. Pero, por desdicha, y especialmente en esta era: na te viduḥ svārtha-gatiṁ hi viṣṇum: La gente no sabe que el objetivo más elevado de la vida humana es complacer al Señor Viṣṇu. Por el contrario, y al igual que los demonios, hacen constantes planes para matar a Viṣṇu y ser felices mediante la complacencia de los sentidos.